Asimismo, el BCRA informó que «cuenta con estrictas medidas de seguridad«. Entre ellas, se destacan la marca de agua que reproduce las imágenes de Ramón Carrillo y Cecilia Grierson y la tinta de variabilidad óptica que cambia de color, con un efecto dinámico tridimensional. Además, presenta microimpresiones, imagen latente, motivo de complementación frente-dorso y tintas magnéticas, infrarrojas y luminiscentes. En tanto que, para personas con ceguera incorpora un nuevo código de identificación con relieve perceptible al tacto.
Lo cierto es que este billete llega a la calle en el marco de un contexto fuertemente inflacionario, por lo que muchas voces critican el lanzamiento y opinan que debería emitirse uno de mayor valor, teniendo en cuenta que el anuncio se realizó en febrero, con una inflación del 6,6%, muy inferior al 8,4% que se registró en abril. Así, señalan que el poder adquisitivo del papel de $2.000 es muy bajo, teniendo en cuneta la proyección de inflación para todo el año ya alcanzan el 140%.
Aún no se sabe cuántos billetes de $2.000 saldrán a la calle en la primera «tirada» y el dato oficial es secreto bancario, pero la expectativa en el mercado es «que debería haber para julio entre 200 millones y 300 millones de papeles de $2.000 en una primera etapa y que, hacia fin de año, esa cifra aumente», según una fuente. Esto, teniendo en cuenta que se emiten algo así como 200 millones mensuales de billetes de alta denominación.
Fuente : Ambito