Nuevamente, el Gobierno se garantizó un tercio del recinto y no sólo ratificó el veto presidencial: la dirección política y económica sigue estando en sus manos, un hito importante en medio del debate del Presupuesto 2025. A pesar de que fueron menos de los “87 héroes”, el oficialismo logró torcer voluntades en todos los bloques de diputados opositores y consigue aire para continuar con su programa de gestión. La respuesta desde las universidades no se demoró y habrá paro este mismo jueves
La aspiración opositora era que la influencia de las universidades en las provincias termine por promover nuevos acompañamientos o bien que provoque ausencias. Sin embargo, esa estrategia fue aplicada por Casa Rosada: sumó respaldos a último momento desde Santa Cruz, más abstenciones desde Misiones y faltazos de diputados que iban a votar contra el veto en Córdoba y Catamarca (en este último caso, de Unión por la Patria). Así se llegó al número de 85 a favor de la medida de Javier Milei y 159 en apoyo al financiamiento universitario.
En sus intervenciones, La Libertad Avanza repitió argumentos contra “una partidización que hiere la calidad educativa” (Mercedes Llano), «estudiantes universitarios crónicos» (José Luis Espert) y que “la oposición no quiere perder sus privilegios y sus cajas” (Juliana Santillán). El PRO intentó matizar las críticas hacia la administración universitaria (no así contra la gestión peronista) y dijo defender la gobernabilidad de Javier Milei («estamos hablando del mensaje que este recinto va a dar a los mercados internacionales», planteó Alejandro Finocchiaro).
Desde el bloque amarillo, se señalan como el sector racional dentro del tándem legislativo y, más temprano que tarde, se cobrarán estas urgencias en las que auxilian al Gobierno. Dentro del PRO se adjudican los dos incrementos que anunció Casa Rosada para los salarios en las últimas 24 horas, que diputados que rechazaron el veto también mencionaron: entendieron que los anuncios representaron el reconocimiento del deterioro del poder adquisitivo de los trabajadores universitarios y que existían fondos para recomponerlos.
El debate por el Presupuesto 2025 inició este martes y, entre discusión por las expectativas de inflación y de crecimiento, hay artículos que inciden directamente en el financiamiento universitario: se elimina el porcentaje mínimo de inversión que le corresponde a Sistema Nacional de Ciencia, de Educación Técnico Profesional y de Educación Nacional. Además, se dispone una inversión de $3,8 billones para financiar «gastos de funcionamiento, inversión y programas especiales de las universidades nacionales», pero el Consejo Interuniversitario Nacional pide cerca del doble ($7,2 billones). El Gobierno ya se comprometió a rever ese número.
Otro de los puntos los remarcó durante el debate en comisiones el diputado Itaí Hagman (Unión por la Patria): «Si la regla fiscal es una forma de garantizar que la deuda se paga siempre y siempre lo que se ajuste es el gasto público, […] ¿Cómo va a crecer en algún momento la inversión en educación, ciencia y técnica o el gasto previsional?».
Mientras las paritarias de los trabajadores del Estado continúan con incrementos exiguos, que en los últimos dos meses fueron del 3%, los docentes y no docentes universitarios no pueden aspirar a una recomposición del poder adquisitivo perdido, porque el argumento central del Gobierno es que recibieron los mejores aumentos del sector público. La infraestructura educativa, por su parte, estará sujeta al poder de negociación de los gobernadores, que definirán los tiempos de aprobación del proyecto: en la votación del veto, ataron la postura de los diputados que le responden a las promesas de Casa Rosada.
Fuente: Ambito