Las PyMES (Pequeñas y Medianas Empresas) industriales han alzado su voz para señalar que cualquier proyecto de reforma laboral propuesto por el Gobierno carecerá de sentido si no viene acompañado de una reactivación urgente de la economía real.
A través de un reciente comunicado, el sector pyme subraya que, en un contexto de estancamiento del consumo, caída del empleo formal y enfriamiento económico (especialmente en rubros como la industria y el comercio), una reforma aislada no solo no resolverá los problemas estructurales, sino que podría agravarlos.
Los empresarios pymes exigen un debate «profundo y amplio» que no se limite únicamente al marco laboral, sino que incluya medidas concretas para la competitividad y la producción. Entre sus principales reclamos, destacan la necesidad de tratar en paralelo un régimen de incentivos para las PyMES Industriales (RIPI), una estabilidad macroeconómica y una política industrial activa.
El mensaje es claro: la reforma laboral es importante, pero debe ir de la mano con la activación de la industria para que tenga una lógica de generación de puestos de trabajo. Advierten que, de no generarse las condiciones para la competitividad y de mantenerse el aumento constante de costos, la prioridad pasará a ser «frenar las cataratas de conflictos laborales por despidos, más que en contratar».





