La inflación de febrero se aceleró al 2,4%, 0,2 puntos porcentuales (p.p.) por encima de enero, cuando se ubicó en 2,2%, según la medición del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC). Asimismo, se situó apenas por encima de la expectativa del mercado (2,3%). El rebote de los precios se dio tras una fuerte alza en el componente de alimentos, traccionado por el incremento de las carnes, y los servicios de vivienda.
El índice de precios al consumidor (IPC) se desaceleró fuerte en la variación interanual por sexto mes consecutivo y se ubicó en el 66,9%, tras descontar la variación de enero 2024, cuando la inflación mensual se posicionó en el 20,6%. Se trata del IPC interanual más bajo en dos años y medio, cuando se situó en el 64%, durante junio de 2022. A partir de este mes, la inflación comenzó a acelerarse hasta llegar al pico de 284,9% en abril de 2024.
A nivel de las categorías, el IPC núcleo lideró el incremento con una suba de 2,9%, seguida de los Regulados, con el 2,3%. Los precios Estacionales, por su parte, registraron una baja de 0,8%.
«La aceleración del índice general está marcada por los precios de alimentos y bebidas y de educación, en línea con lo que habíamos estimado», señaló en diálogo con Ámbito, Claudio Caprarulo economista de Analytica, la consultora que acertó en la estimación de la inflación.
A pesar de la aceleración de la inflación, desde el Palacio de Hacienda, Luis Caputo festejó al recordar que la variación del 2,4% es la menor para un febrero desde 2020.
«La medición del INDEC dio más alta que la de CABA, cuando venia siendo al revés. Esto responde más que nada a las diferencias en la ponderación de dos categorías claves que tuvieron bastante movimiento este mes: pasajes de avión y carnes. Cabe destacar que, excluyendo las carnes de la medición, la inflación habría alcanzado el 1,9%, en un contexto donde los estacionales, en particular las verduras, contribuyeron a moderar el indicador», analizó la economista de EcoGo Rocío Bisang.
Tal como se esperaba, el gran traccionador para la aceleración del IPC fue la carne y sus derivados que subieron entre 7% y 10%, dependiendo la región, y llevó al rubro de alimentos y bebidas no alcohólicas a aumentar 3,2%, siendo el de mayor incidencia en todas las regiones.
«La clave estuvo en el precio de la carne: el kilo de asado subió 10% en el Gran Buenos Aires», ejemplificó Caprarulo.
La carne y sus derivados sufrieron fuertes aumentos de precios, de hasta 9,7%, tal como fue el caso de la región Patagónica. En variación, le siguieron Cuyo con el 9,3%, el Noroeste con el 8,1%, el Gran Buenos Aires con el 7,6%, la Pampeana con el 7,1% y el Noreste con el 5,6%.
Los principales factores detrás de este aumento incluyeron las lluvias recientes en todo el país, aunque también «a la falta de oferta (todavía con coletazos de la sequia del 2023 y con un mercado internacional más fuerte que lleva a modificar las estrategias productivas) y la eliminación de los derechos de exportación», tal como explicó Bisang.
Fuente: Ambito / INDEC