En un acto cargado de simbolismo político, el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, clausuró su campaña electoral en el municipio de Tigre, acompañado por el ex ministro de Economía y excandidato presidencial, Sergio Massa. El evento, que tuvo lugar en el Club El Progreso, no solo fue un cierre de campaña para las próximas elecciones legislativas bonaerenses, sino también una plataforma para lanzar un mensaje directo y contundente al gobierno nacional, liderado por el presidente Javier Milei.
El discurso de Kicillof se centró en la idea de que el voto del próximo domingo debe ser un acto de «autodefensa» por parte de la ciudadanía. Ante una audiencia diversa que incluía a representantes del movimiento obrero y del sector Pyme, el gobernador enfatizó la necesidad de proteger a los actores económicos y sociales que, según él, han sido los más afectados por las políticas de ajuste implementadas por la administración de Milei. Esta referencia no es casual, ya que tanto los sindicatos como las pequeñas y medianas empresas han manifestado su preocupación por el impacto de las medidas económicas, incluyendo la devaluación y la caída del consumo.
El acto contó con la presencia de figuras clave de Fuerza Patria, como los candidatos a senadores provinciales Gabriel Katopodis, Malena Galmarini y Roxana López, así como Sebastián Rovira, quien encabeza la lista de concejales en Tigre. La presencia de Malena Galmarini y la mención a Sergio Massa, a quien Kicillof definió como el «artífice de la unidad», subraya la importancia estratégica de Tigre, un bastión histórico del massismo, para la coalición. Este gesto busca consolidar el apoyo del electorado de esa región y proyectar una imagen de cohesión y unidad frente a los desafíos políticos que se avecinan.
Uno de los mensajes más directos y reiterados por Kicillof fue la idea de que «la única boleta que se opone y le puede poner un freno a Milei es la de Fuerza Patria». Este se ha convertido en el principal eslogan de su campaña, buscando consolidar el voto opositor en torno a su figura y a la lista que representa. El gobernador no solo criticó las políticas de Milei, sino que también hizo un llamado a la acción cívica. Ante la creciente violencia en las calles durante los actos del Presidente, Kicillof, quien unas horas antes había manifestado su preocupación por la seguridad en el cierre de Milei en Moreno, instó a los ciudadanos a canalizar su enojo y frustración en las urnas, de manera pacífica y democrática.
«Estamos ante el momento de la verdad, en democracia tenemos una oportunidad enorme: en vez de putear y enojarse y quejarse hay una forma de decirle que no a Milei y eso es con la boleta de Fuerza Patria», exclamó el gobernador, reforzando la idea de que el voto es la herramienta más poderosa de la que dispone la ciudadanía. Subrayó que la respuesta no se encuentra en las redes sociales ni en la protesta callejera, sino en el acto de votar. «La boleta es la herramienta más efectiva; lo que más le va a doler. No es por las redes, es en las urnas», sentenció.
Kicillof planteó el voto como una doble acción: un voto por la negativa y un voto por la positiva. Por un lado, se vota para rechazar las políticas de ajuste presupuestario que, según el gobernador, desfinancian áreas cruciales como la educación, la salud, y la ciencia y tecnología. También se rechaza, implícitamente, la represión y la confrontación que el gobierno nacional ha mostrado en su relación con los sectores sociales y políticos que se oponen a sus políticas.
Por otro lado, un voto por la boleta de Fuerza Patria sería un voto en favor de la gestión bonaerense. El gobernador destacó los logros de su administración en áreas fundamentales como la inversión en salud, con la construcción y equipamiento de hospitales; en educación, con la creación de escuelas y programas de becas; y en ciencia, con el apoyo a proyectos de investigación y desarrollo. Kicillof defendió su modelo de gestión como una alternativa al proyecto de país que propone Milei, basado en la inversión pública y en el fortalecimiento del Estado de Bienestar. «Defendámoslo en las urnas», fue el ruego final de su discurso, un llamado a la militancia y a los votantes para que protejan lo que se ha construido en la provincia.
El cierre de campaña en Tigre no solo fue un evento político, sino un acto simbólico de resistencia y unidad. La presencia de Sergio Massa, un líder de peso en la política argentina y, especialmente, en la zona norte del conurbano bonaerense, fue un mensaje claro de que la unidad de la coalición es una prioridad. El reconocimiento de Kicillof a Massa como «artífice de la unidad» refuerza la idea de que, a pesar de las diferencias internas, el objetivo común de frenar el avance de las políticas de Milei es lo que prevalece.
La campaña de Kicillof se ha centrado en confrontar directamente al gobierno nacional, posicionándose como el principal referente opositor y defensor de los derechos de los bonaerenses. Al trasladar la disputa a un plano de «autodefensa», busca movilizar a un electorado que se siente amenazado por las reformas y los recortes. El mensaje del gobernador es un claro intento de polarizar la elección, presentando solo dos opciones viables: el proyecto de Milei, que él describe como destructivo, y el proyecto de Fuerza Patria, que, según él, es la única garantía para proteger los logros sociales y económicos de la provincia.
En conclusión, el cierre de campaña de Axel Kicillof en Tigre fue mucho más que un simple evento electoral. Fue un acto político estratégico, diseñado para consolidar el apoyo de su base, unificar a la coalición, y enviar un mensaje contundente al gobierno nacional. El gobernador utilizó la tribuna para elevar la importancia de las elecciones del próximo domingo, no solo como un acto de elección de legisladores, sino como un plebiscito sobre las políticas de Javier Milei. Su llamado a la «autodefensa» y la idea de que el voto en las urnas es la herramienta más efectiva para resistir, marcan un tono confrontacional y movilizador que podría definir el resultado de los comicios bonaerenses y tener un impacto significativo en el panorama político nacional.