TRABAJO: Carlos Rosales, el dueño de Garbarino y Compumundo, busca una solución a la difícil situación financiera

Será una semana clave para el futuro de la tradicional casa de electrodomésticos y para las cinco empresas asociadas que dan empleo a 3.800 personas de manera directa. Por un lado, se intentará cerrar un acuerdo por inversiones con un grupo extranjero y, por el otro, se presentará un plan de pago de salarios, medio aguinaldo y aportes a la seguridad social adeudados, en la mayoría de los casos, desde hace tres meses.

Las promesas incumplidas de parte del directorio de la empresa que dirige Carlos Rosales, sumada a la caída de convenios para incorporar socios nuevos que aporten capital para saldar deudas de la compañía pero también para continuar con las operaciones de venta minorista, han provocado la desconfianza de los trabajadores en que las negociaciones lleguen a buen puerto, y esas son las razones principales por las que permanecen protestando en las calles del centro porteño y las provincias donde la firma tiene presencia.

El lunes 12 hubo una importante manifestación en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires donde algunos empleados decidieron marchar junto a agrupaciones políticas y gremios de izquierda como Ademys. Los empleados de Garbarino se trasladaron hasta el ministerio de Trabajo de la Nación en el barrio del Congreso para pedir por el pago de sueldos y aportes previsionales.

El martes 13, mientras aguardan las propuestas de pago de salarios atrasados a las que se ha comprometido realizar el dueño de Garbarino, Rosales, en muchas sucursales habrá una tensa calma, y varios trabajadores encabezaran reclamos en las oficinas del grupo sobre la calle Juncal.

La preocupación de los empleados pasa, además, por la pérdida de la obra social en plena pandemia de coronavirus.  Este estado de cosas ha sido definido con una frase, escuchada repetidas veces por NA, entre los trabajadores de Garbarino, «se está viviendo una situación de desmadre total».

Emiliano Iglesias es uno de los delegados de Garbarino que estuvo presente en los reclamos de la semana pasada en Plaza de Mayo para que las autoridades nacionales tomen nota de lo que sucede en esta cadena de electrodomésticos.

A propósito de la situación actual afirmó: «la situación es desesperante, angustiante, no damos más. Son tres meses sin cobrar y la gente ya no tiene como resistir. Ahora, me gustaría aclarar que el tema del retiro de mercaderías de las sucursales para cobrarnos los salarios adeudados no va a suceder. Por suerte, los trabajadores de Garbarino no hemos llegado a ese punto ni vamos a cruzar esa  línea porque  sabemos que no corresponde. Se viene aguantando todo lo que se puede pero la verdad es que ya está, llegamos al punto máximo de angustia y esto no tiene visibilidad de que  se vaya a solucionar».

Fuente: Noticias Argentinas

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